Narcos decapitan a exfutbolista brasilero y envían cabeza a su esposa en un morral
Era un jugador de segunda división. Su mujer halló su cabeza en una mochila en la puerta de su casa.
La noticia sacudió a Brasil. Ayer, el exfutbolista brasileño Joao Rodrigo Silva Santos fue asesinado en Río de Janeiro y, tras ser decapitado, su cabeza fue dejada dentro de una mochila en la puerta de su vivienda, informaron fuentes oficiales.
La mochila fue encontrada por la esposa del exfutolista, una asistente social de la Policía Pacificadora, responsable de garantizar la seguridad en las favelas de Rio, de donde las autoridades han expulsado a los narcotraficantes.
Geisa Silva salía a las 5 de la mañana para su trabajo cuando halló en la puerta de su casa la mochila de su marido. Se agachó y la recogió sin imaginar jamás el horror que estaba por descubrir.
La pareja vivía en Realengo, un barrio de la zona oeste de Río de Janeiro próximo a favelas que aún son controladas por bandas de narcos. En este mismo barrio se registró la semana pasada una matanza de siete supuestos adictos.
Silva Santos, de 35 años, exjugador de clubes brasileños de segunda división como el Bangú, el Madureira y el Botafogo do Distrito Federal y que también desarrolló su carrera en Suecia y Honduras, no tenía enemigos y no había recibido ninguna amenaza, según declaró su mujer.
El exfutbolista, que se dedicaba a la administración de una tienda de productos naturales de su propiedad, fue secuestrado poco después de la medianoche del lunes por dos hombres que se movilizan en un automóvil, en el que le obligaron a entrar, según testigos.
Fuentes oficiales dijeron que el asesinato tiene indicios de haber sido una ejecución planeada con algún motivo ya que la cabeza apareció sin ojos ni lengua, lo que se interpretó como un mensaje mafioso.
La Policía Civil del estado de Río de Janeiro ha adelantado que los narcotraficantes que aún controlan algunas de las favelas de la zona norte de esta ciudad podrían ser responsables del homicidio.
Además de investigar a los posibles autores, cinco equipos de la policía están concentrados en los trabajos para encontrar el resto del cuerpo de Rodrigo.
La noticia sacudió a Brasil. Ayer, el exfutbolista brasileño Joao Rodrigo Silva Santos fue asesinado en Río de Janeiro y, tras ser decapitado, su cabeza fue dejada dentro de una mochila en la puerta de su vivienda, informaron fuentes oficiales.
La mochila fue encontrada por la esposa del exfutolista, una asistente social de la Policía Pacificadora, responsable de garantizar la seguridad en las favelas de Rio, de donde las autoridades han expulsado a los narcotraficantes.
Geisa Silva salía a las 5 de la mañana para su trabajo cuando halló en la puerta de su casa la mochila de su marido. Se agachó y la recogió sin imaginar jamás el horror que estaba por descubrir.
La pareja vivía en Realengo, un barrio de la zona oeste de Río de Janeiro próximo a favelas que aún son controladas por bandas de narcos. En este mismo barrio se registró la semana pasada una matanza de siete supuestos adictos.
Silva Santos, de 35 años, exjugador de clubes brasileños de segunda división como el Bangú, el Madureira y el Botafogo do Distrito Federal y que también desarrolló su carrera en Suecia y Honduras, no tenía enemigos y no había recibido ninguna amenaza, según declaró su mujer.
El exfutbolista, que se dedicaba a la administración de una tienda de productos naturales de su propiedad, fue secuestrado poco después de la medianoche del lunes por dos hombres que se movilizan en un automóvil, en el que le obligaron a entrar, según testigos.
Fuentes oficiales dijeron que el asesinato tiene indicios de haber sido una ejecución planeada con algún motivo ya que la cabeza apareció sin ojos ni lengua, lo que se interpretó como un mensaje mafioso.
La Policía Civil del estado de Río de Janeiro ha adelantado que los narcotraficantes que aún controlan algunas de las favelas de la zona norte de esta ciudad podrían ser responsables del homicidio.
Además de investigar a los posibles autores, cinco equipos de la policía están concentrados en los trabajos para encontrar el resto del cuerpo de Rodrigo.
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